01 julio 2007

Homosexualidad

No hace falta más que mirar la imagen de la ejecución de homosexuales por la Inquisición a finales del siglo XVII, que figura en un documento del siglo XIX --documento que describe las torturas y ejecuciones del Santo Oficio--, para que se le pongan a uno los pelos de punta. Colgado el reo verticalmente boca abajo en un patíbulo, es cortado en dos, también verticalmente, por una sierra que manejan un par de verdugos --sierra catalana--. E igual de terrorífica es la explicación que sobre la razón de tal postura de la víctima da dicho documento: debido a la posición invertida del reo, se asegura suficiente oxigenación al cerebro y se impide la pérdida general de sangre, con lo que la víctima no pierde el conocimiento hasta que la sierra alcanza el ombligo, e incluso el pecho.
Hemos querido iniciar el artículo recordando el contenido de este documento para reflejar, en toda su crudeza, la bestialidad humana con todo aquello que no comprende, o no intenta comprender: que los seres humanos somos diferentes unos de otros. Y no comprende o no intenta hacerlo porque a mucha gente la educación recibida en su niñez, o el fanatismo religioso, o --y esto es desconcertante-- las apetencias homosexuales no satisfechas, aunque siempre negadas, no solo le insertaron en el cerebro la homofobia, sino que le impiden ponerla en tela de juicio.
Es necesario, como complemento del párrafo anterior, hablar del fanatismo político; y no nos referimos a los partidos políticos de la derecha, de por sí homofóbicos. Muchos de los partidos y sindicatos que fueron o siguen siendo marxistas, tanto los socialistas como los comunistas, combatieron o combaten, o marginan pese aparentar lo contrario, a los homosexuales. Incluso, es triste decirlo, algunos miembros de organizaciones no marxistas, y hablamos de organizaciones anarquistas y anarcosindicalistas, huyen de los homosexuales aunque sean compañeros de organización --contradicción ideológica que habría que analizar.
Vamos a hacer un inciso para remarcar una frase que dicen con frecuencia para justificar su rechazo ortodoxos, o mejor, gentes que presumen de ortodoxos anarquistas o de ortodoxos anarcosindicalistas, que presumen, repetimos: "A mí no me molestan mientras no se metan conmigo". Oyéndolos, cualquiera diría que ser homosexual y meterse con los demás es todo uno. No hace falta criticar tal frase, ella misma se desautoriza.
En un principio, pensamos hacer un relato histórico de las dificultades con que choca desde casi siempre, o más exactamente, desde la desaparición de culturas como la egipcia o la griega antiguas, la homosexualidad. Sin embargo, tras una reflexión, hemos decidido hablar del camino que en España lleva el movimiento homosexual para conseguir su liberación --a nosotros nos gusta más la palabra emancipación--. Y nos referimos al movimiento homosexual en su conjunto: gais, lesbianas, bisexuales, transexuales.
Tras la Guerra Civil, Franco se dota de su propia normativa legal. En el Código Penal de 1944, sin embargo, no se contemplan explícitamente a los homosexuales. Pero se les aplican penas de delitos que los jueces consideran de similar gravedad, principalmente los delitos que figuran en su párrafo previo.
La revisión al alza, 15 de julio de 1954, de la Ley de 4 de agosto de 1933 de Vagos y Maleantes --los homosexuales no aparecen en la primitiva Ley de 1933-- y la Ley 16/1970 de Peligrosidad y Rehabilitación Social --que sustituye a la primera-- son los instrumentos legales de los que el franquismo se dota después; y en los que ya se contempla a los homosexuales. Leyes que trajeron consigo una represión feroz: detenciones, malos tratos --a veces, se podrían calificar mejor como torturas--, encarcelamiento y puesta en la picota de la denuncia pública todo lo que oliese a homosexualidad; sobre la puesta en la picota, debemos tener en cuenta la dogmática opinión pública anti-homosexual de aquel entonces, opinión que, desgraciadamente, continúa hoy día.
Capítulo aparte merecen las lesbianas; a ellas les espera el manicomio o el tratamiento médico en su domicilio. Los siquiatras pro-fascistas Antonio Vallejo-Nájera (1899-1960) y Juan José López Ibor (1906-1991), y luego sus discípulos, mantuvieron siempre la teoría de que los homosexuales son gente enferma y tienen que ser tratados como tales --la Organización Mundial de la Salud, el 17.5.90, excluyó de las enfermedades la homosexualidad--. Esto trajo una serie de experimentos, especialmente por parte de Vallejo-Nájera, cuyo relato haría inacabable este artículo. La teoría de estos siquiatras es más patente en el caso de las lesbianas, ya que a partir de la revisión al alza de la Ley de Vagos y Maleantes, aunque también se practica con los gais experimentos médicos, se contempla, además, para ellos el encarcelamiento.
Pese a la existencia de estas leyes, y vamos a referirnos principalmente a la de Vagos y Maleantes --que puede que cubriera la época de represión peor, si cabe--, en determinadas capitales de España la afluencia de extranjeros por el turismo, u otras razones, provocaba que se diese una cierta permisividad. Y, así, y tomando como ejemplo a Barcelona, durante los años 60 y aparte de ciertos cines de sesión continua, florecieron locales de ambiente pro o totalmente homosexual; entre ellos, es preciso nombrar a Andalucía de Noche, a la Bodega Apolo y al gran night-club Barcelona de Noche. Era época en que, con relativa frecuencia, recalaban en el puerto barcos de la flota estadounidense --los que podían, no a todos se lo permitía su tamaño--; incluso había en un bajo de las Ramblas un banderín de enganche a los marines --estaba en todo su auge la guerra de Vietnam.
Como se puede deducir de lo anterior, si había una relativa permisividad, era en la parte en que se refería a la magia nocturna. España, a fin de mantener para los extranjeros el atractivo turístico de que hacía gala la propaganda, debía compararse, solo de noche, claro está, con lo que decían los curas que pasaba en los "pecadores" países de más allá de los Pirineos; y que entre sus "vicios", estaba la práctica de la sodomía. Por ello, las zonas turísticas, costeras preferentemente, tenían bula, aunque algunas solo durante determinadas épocas del año.
A pesar de que el 20 de noviembre de 1975 muere el Dictador, hay que esperar hasta el 26 de diciembre de 1978 para que se excluya a los homosexuales de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. Ya ha tenido lugar en Barcelona, junio de 1977, la primera manifestación homosexual de España, en conmemoración de los hechos del bar Stonewall (Christopher Street - New York) de la madrugada del 28 de junio de 1969, cuando los clientes reaccionaron violentamente a una redada de la policía; y que constituye el origen del Día del Orgullo Gay.
En julio de 2005, se legaliza en España el matrimonio entre homosexuales, y se abre el camino a la adopción. Conquistas que, a nuestro entender, se han sobrevalorado; porque el gran fin, que desaparezcan de la marginalidad los homosexuales, está casi tan lejos como antes. Años y años de lavado cerebral sobre cómo son los "sodomitas", trajeron consigo que, pese a todo lo que en la opinión de algunos se ha ganado, aún continúe la vieja fobia social.
Hablando del Día del Orgullo Gay, vemos con inquietud que están surgiendo diferentes interpretaciones sobre la celebración. En un principio, tal día era sobre todo un día reivindicativo. Hoy, sin embargo, se empieza a perder este carácter, siendo sustituido poco a poco por un incremento de la parte erótico-festiva.
Entre aquellos que intentan poner su grano de arena en pro de la libertad sexual, existen, hasta el momento al menos, diferentes teorías en cuanto al camino acertado a seguir. En nuestra opinión, todas pueden ser válidas siempre que persigan una integración tan absoluta entre heterosexuales y homosexuales, que algún día en el futuro, que esperamos que esté próximo, se sea una cosa u otra como se es joven o viejo, alto o bajo, moreno o rubio.
Pero, entre tanto, se presenta ante todos una senda difícil; senda que, si se quiere triunfar en el intento, deben recorrerla juntos heterosexuales y homosexuales. Y es labor de unos y otros conseguirlo.
(Para comentarios: anarquizante@gmail.com )