25 abril 2007

La República (y 2)

Contra nuestra opinión de no referirnos a un pasado ya lo suficientemente documentado, y que han valorado analistas de solvencia, debemos, antes de iniciar este artículo, retrotraernos al año 1930 y, de él, al Pacto de San Sebastián --según dicen, motor definitivo del cambio a la II República, aunque a nuestro entender haya sido un motor bastante timorato.
Todo el mundo sabe que tras enero de 1930 --el 28 de enero cayó la Dictadura de Primo de Rivera-- el movimiento huelguístivo y reivindicativo, en especial el anarcosindicalista, avanzó arrolladoramente por toda España. Y que, al mismo tiempo, se fraguan una serie de conspiraciones pro-republicanas; conspiraciones que culminan en la firma, el 18 de agosto de 1930, del llamado Pacto de San Sebastián, en el que tomaron parte conocidos políticos de diferente pelaje.
Lo timorato del Pacto de San Sebastián trae consigo que, cansados de tanta indecisión, los capitanes Fermín Galán y García Hernández subleven el 12 de diciembre de 1930 a la guarnición de Jaca. Y si no fuera por el fusilamiento de Fermín Galán y de García Hernández, quizá la Monarquía hubiera continuado.
Ya proclamada la II República, anarquistas y anarcosindicalistas, a pesar de todos los intentos reaccionarios que intentaban acabar o, al menos, suavizar la ya relativa libertad que trajo consigo la II República, aprovecharon aquélla para activar el camino revolucionario. Hubo represiones de todo tipo, y no solo durante el bienio negro; y, fruto de ellas, muchos encarcelamientos y asesinatos de anarquistas y de anarcosindicalistas. Con todo, llegaron a tener en la II República tanta fuerza que, de no haber sido por el golpe de estado de Franco, hubieran llevado adelante las ideas revolucionarias.
Hasta aquí, solo un somero repaso del devenir de los hechos, sí; pero con suficiente razón de ser para estar en el comienzo de este artículo.
Se ha criticado hasta la saciedad, y sobre todo, dos cosas de nuestro primer escrito: el afirmar que había, entre los anarquistas y entre los anarcosindicalistas, dos tendencias más o menos soterradas; y la pregunta "¿Facilitaría el camino a la Revolución Social la III República --y hablamos de una república de trabajadores, no de otra?".
Para aclarar ambas cuestiones, tenemos que decir que en ninguna parte de nuestro primer escrito hemos mencionado el colaborar, de una u otra forma, con los republicanos. El que hay diferentes planteamientos entre los anarquistas y entre los anarcosindicalistas, SOBRE SI SERÍA MÁS FÁCIL EL CAMINO HACIA LA REVOLUCIÓN SOCIAL CON LA III REPÚBLICA QUE AHORA, no es ningún secreto aunque, a veces, lo parezca; y esa MAYOR O MENOR FACILIDAD ES TAMBIÉN LA RAZÓN DE LA PREGUNTA. Nadie, al menos entre los que conocemos, ni siquiera ha rozado la posibilidad de colaborar con unos o con otros para cambiar el régimen político. Únicamente, repetimos, SE HA PLANTEADO LA MAYOR O MENOR DIFICULTAD CON UN RÉGIMEN QUE CON OTRO.
Hemos dejado para párrafo aparte una curiosidad, o más bien, una teorización sobre la existencia de un camino diferente al comunismo libertario, teorización de la que tuvimos conocimiento tras el primer artículo. En un blog se ha mencionado como otra vía la colaboración con plataformas, asociaciones... Respetando lo dicho en este blog, solo queremos recordar que esa colaboración forma ya parte integrante de nuestra lucha, es decir, "forma parte de ella y no constituye ningún camino diferente".
(Para comentarios: anarquizante@gmail.com )