17 enero 2007

Sobre los acuerdos de la asamblea de Anarquizante

Aparte de los comentarios críticos de los lectores en la prensa alternativa, el número de los correos, también críticos, recibidos en nuestro e-mail: anarquizante@gmail.com fue tan abundante y tan parecidos los alegatos, que, igual que otras veces, vamos a contestar conjuntamente a todos. Para mayor claridad, debemos decir que las censuras van en la línea de que nuestros acuerdos sobre el llamado Proceso de Paz en el País Vasco y la Ley de la Memoria Histórica se oponen frontalmente a nuestra condición de anarquistas.
Nuestro camino anarquista no puede reducirse a dejar pasar el tiempo diciéndonos: "Tenemos la razón" y esperando que lleguen épocas revolucionarias donde podamos llevar a cabo lo que pensamos. El pueblo está supeditado a una organización social que, aunque no nos guste, regula su forma de vida. Entonces, a través de los grupos anarquistas y de la organización puramente anarcosindicalista, es decir, de la CNT-AIT, debemos no solo desenmascarar a los organismos creados por el sistema burgués, sino defender tanto laboral como socialmente al pueblo.
Esto no quiere decir que debamos colaborar con el estado, en absoluto. Pero cuando se tropieza con la defensa de la vida de los trabajadores, cuando vemos que no la respetan unos y otros, tanto el estado y los nacionalistas centralistas como los nacionalistas periféricos, y en unos y en otros incluimos sus organizaciones armadas, creemos que es nuestra obligación que en tanto no podamos destruir el sistema, tenemos que buscar la forma de evitar, en lo posible, tanta muerte y sufrimiento. No hagamos como hacen los burgueses y los patriotas, que, según les conviene, o bien usan el eufemismo "daños colaterales", o bien comercian a gritos e hipócritamente con la sangre para conseguir beneficios políticos, como ganar elecciones.
Y un razonamiento parecido avala nuestro acuerdo sobre la Ley de la Memoria Histórica.